El arquitecto y artista, Clorindo Testa ganó el concurso para convertir ese sitio en un centro de exposiciones y espectáculos, rescatando el núcleo histórico y añadiendo modernos conceptos funcionales. Se trata de una pieza histórica, no es perfecto, pero se lo debe conservar porque es parte de la memoria de la ciudad. Así se manifestó ayer sobre el edificio de la Subsecretaría de Turismo, el arquitecto reconocido a nivel internacional Clorindo Testa.
El también artista plástico estuvo en Mendoza junto a dos miembros de su equipo para recibir el primer premio del concurso de proyectos para recuperar y refuncionalizar ese edificio. Fue en un acto realizado en la Enoteca (ubicada en el Parque Cívico, de Ciudad), donde también estuvieron lo arquitectos mendocinos que ganaron el segundo premio.
La nota sorpresiva del acto fue la presencia de Mariana Juri, ex ministra de Turismo y Cultura que renunció al cargo a raíz de la interna entre iglesistas y cobistas. La actual candidata a diputada nacional por la UCR ortodoxa fue destacada públicamente por su sucesor, Pedro Marabini, como motor del concurso. Hace dos años se decidió convertir en un centro cultural con locales comerciales la sede de lo que en 1923 se inauguró como Jockey Club Mendoza. Para ello, se llamó a un concurso nacional. Entre las 19 propuestas presentadas, en primer lugar se adjudicó la de Testa y su equipo de profesionales porteños. El arquitecto, nacido en 1923, ya se ha encargado de diversos proyectos de rescate en la Ciudad de Buenos Aires, como el destacado complejo Recoleta. Con una humildad que contrasta con su fama, se preocupó por destacar la seriedad del Gobierno provincial en el objetivo de preservar un edificio y hacerlo con un concurso así. Sus bases estaban muy bien hechas: tenían una excelente investigación histórica y un muy claro desarrollo de lo que debíamos resolver en el proyecto. De la propuesta presentada por su equipo, destacó que todo fue muy simple: lo que no tenía valor histórico lo podremos tirar, lo que sí lo tiene, nos propusimos conservarlo. Como ejemplo, citó que en su propuesta apostaron a conservar las rejas de los antiguos ascensores modificando lo que los rodea; también las barandas de unas escaleras, las que decidieron reemplazar por unas nuevas. Además, preservaron un añoso pino que está ubicado en el patio. Mucho de arte
Testa explicó que su proyecto tiene mucho de arte ya que desde el Antiguo Egipto, los arquitectos han sido artistas. No podemos separar ambas cosas. Incluso, cuando uno proyecta un galpón, también tiene su cuota de arte. En ese sentido, citó que con su equipo ganó un concurso para recuperar un galpón del INTA, en Castelar (Buenos Aires), para instalar un museo de maquinaria agrícola antigua. Confesó que, pese a que estuvo varias veces en Mendoza, no conocía el edificio y toda su labor se basó en la documentación que se les suministró a quienes participaron del concurso. Sin embargo, opinó que se trata de una pieza histórica, no es perfecto, pero se lo debe conservar porque es parte de la memoria de la ciudad. Destacó que en ello radica la importancia de la recuperación de lo que calificó como un recuerdo vivo de una actividad que había en Mendoza. El valor para la comunidad es como si uno guardara en la casa el ropero de la abuelita. Puede ser feo, pero sino lo tirás es porque formaba parte de tu familia comparó. Con una ciudad pasa lo mismo: no es que haya que mantener todos los edificios porque sino sería algo inmóvil, pero sí hay ciudades con cosas que han quedado de siglos atrás y que hacen a su identidad. En ese sentido, los miembros de su equipo bregaron porque quien siga en el gobierno concrete lo que hoy está en papeles y no corte la posibilidad de brindar a los mendocinos un sitio como éste. Fuente: Diario Uno de Mendoza