El Congreso Nacional de Cardiología, que se realizará en mayo en Mendoza, busca concientizar a los médicos, sobre los beneficios de recomendar el consumo moderado de vino ya que numerosos estudios avalan la idea.
La Federación Argentina de Cardiología está organizando el XXVI Congreso Nacional de Cardiología que se desarrollará desde el 24 al 26 de mayo, en Mendoza. Entre los temas que se van a abordar en esas jornadas, uno tiene que ver con el vino y el corazón y los beneficios que conlleva su bebida con moderación.
El objetivo de este Congreso es concientizar a los cardiólogos, ya que no tenemos incorporado el concepto del vino y la salud. Tenemos una ligera idea y no lo recetamos normalmente. Y para determinados enfermos es bueno recomendar el beber una copa de vino diaria, sostiene el doctor Daniel Peroni, encargado de la organización del Congreso. Este especial interés, de utilizar al vino como un medicamento para prevenir enfermedades, surge de numerosas investigaciones realizadas en todo el mundo, inclusive en Mendoza. En estos estudios se ha determinado que el vino es un alimento natural que posee numerosos compuestos altamente beneficiosos para la salud humana. La paradoja francesa Uno de los casos de mayor trascendencia que dio origen a esta afirmación fue la Paradoja Francesa, que demostró cómo el vino en una dieta saturada en grasas contribuía a disminuir los riesgos de mortalidad en enfermedades coronarias. Distinto a lo que sucedía en otros países, como EEUU o Gran Bretaña, donde el consumo de grasas también era común. Fue así que esta paradoja reveló que el vino es uno de los factores responsables de la baja incidencia de enfermedades coronarias en las poblaciones mediterráneas. A partir de allí, se comenzó a estudiar los tipos de uvas, las calidades y otros factores. ¿Tinto o blanco En cuanto al tipo de uva, se puede decir que la tinta es mejor que la blanca, pues la primera tiene mayor capacidad antioxidante. Los hollejos están presentes en la fermentación, lo que permite extraer los compuestos fenólicos. Un estudio realizado por la cátedra de Enología I de la Facultad de Ciencias Agrarias, determinó que los varietales Cabernet Sauvignon y Malbec son los que poseen mayor poder antioxidante, al presentar mejores porcentajes de polifenoles. La uva negra, entre su piel, la pulpa y la semilla, reúne alrededor de 4.000 componentes, mucho más que la uva blanca, detalla el doctor Peroni. No sólo las propiedades de la uva son las que hacen bien, sino también otras causas; tales como el tipo de vino, la tierra, la altitud y su paso por madera. Todos ellos ayudan a desarrollar aún más su composición fenólica. Pero el doctor Peroni, si bien considera que estas características influyen a que los efectos sean mayores, recalca la necesidad de desmitificar la idea de que el vino de mejor calidad es más rico en polifenoles que el común. Es verdad que el paso por roble favorece al desarrollo de los antioxidantes, pero sólo un 0,4%. El vino común tiene esas mismas características y es más económico, lo que lo hace accesible a toda la sociedad. El doctor Carlos Secotaro, quien hablará en el simposio sobre el Consumo moderado de vino, agrega a esta opinión, que los vinos muy añejos no son tan buenos como los vinos jóvenes. Las virtudes del fruto nacen en el grano. Luego con la fermentación del mosto crecen, se estabilizan y pasado un cierto tiempo comienzan su decadencia, provocando que los componentes de los vinos de varios años ya estén en descenso. Lo contrario sucede con los vinos jóvenes que tienen sus componentes en plenitud. En cuanto al etanol, según Peroni, no tiene demasiado que ver en los efectos curativos del vino. Él declara que no se ha podido demostrar esto mismo con las bebidas blancas o la cerveza. Aunque otros creen, a partir de descubrimientos científicos, que el potencial cardioprotector sería el alcohol y no sólo el vino. La diferencia con otras bebidas alcohólicas es que la graduación en el vino es bastante menor y siempre se hace hincapié en que se debe beber en cantidades reducidas. Con moderación De acuerdo a todas estas características se determina que el vino contribuye a prevenir o a postergar problemas cardiovasculares, diabetes, colesterol, Alzheimer y además, alarga la vida. No obstante, es menester recalcar que el vino sólo es bueno si se lo consume con moderación, puesto que su abuso puede provocar efectos totalmente opuestos y perjudiciales para la salud humana. A la mujer se le aconseja beber de una copa por día y al hombre dos diarias. Esta diferencia se debe a que los organismos funcionan distintos. La mujer metaboliza el alcohol de forma diferente y la concentración en sangre alcanza mayores niveles. Por lo tanto, si ella bebe más de dos copas podría causarle problemas como enfermedades hepáticas o aumentar el riesgo de tumores. El doctor Peroni concluye: nuestro objetivo es que bajo la supervisión del cardiólogo la gente tome una copa de vino diaria para disminuir los riesgos de enfermedades coronarias. No podemos publicitarlo del mismo modo que se hace con el hacer ejercicio hace bien a la salud o el coma sano, porque no podemos prever la respuesta del consumidor, que puede ser muy variada. Desde el que no hace nada, el que lo incorpora pero a consciencia, hasta el que puede llegar a abusar de esta recomendación, generándole problemas de alcoholismo, hemorragias, conductas agresivas o accidentes viales, finaliza Secotaro.