El enólogo es un amante de los buenos vinos que disfruta cada descorche y cada trago. Lo disfruta tanto en sus horas de trabajo como entre amigos, con familia o con cualquier buena compañía. Lleva sobre sus hombros la responsabilidad, muchas veces, de tener que seleccionar el mejor corte, entre muchas otras responsabilidades. Es un trabajador incansable que realiza su labor no sólo porque debe hacerlo, sino porque lo apasiona.
En una provincia tan significativa como Mendoza cuando hablamos de la uva y sus derivados, no puede pasar desapercibida una fecha importantísima en el calendario vitivinícola nacional: el Día del Enólogo. Se celebra cada 7 de septiembre, rememorando el día en que el presidente Domingo Sarmiento inauguró la Quinta Normal de San Juan en el año 1862. Entidad que luego pasó a llamarse Escuela Nacional de Fruticultura y Enología. De allí vinieron a Mendoza los primeros técnicos formados en el arte de la vitivinicultura, y ya orientados hacia su industria.
Este día se instituyó en el año 2002 por un acuerdo entre el Centro de Enólogos y el Consejo Profesional de Enólogos de San Juan, además de otras entidades, pero anteriormente a esa fecha se homenajeaba a los trabajadores de la enología todos los 6 de agosto, bajo la fecha de “Día de la Enseñanza Agrícola”.