El champán es una bebida milenaria que se asocia con los momentos de celebración. Hoy su consumo se expande y se elige beber esta efervescente bebida tanto en situaciones especiales como en reuniones cotidianas. El rosado crece. El champán (o champaña) del francés, Champagne, también denominado vinum titillum por los romanos es un tipo de vino espumante. Uno de los vinos más famosos del mundo. Un vino que la mayoría de sus aficionados están dispuestos a pagar altos precios. Un vino que ha conseguido vender mucho más de lo que hay en la botella. Ninguna otra bebida se asocia tan claramente a conceptos como lujo, glamour, celebración, exclusividad o sofisticación. En este sentido, es mucho más que un vino. Hoy, se elige a esta preciada bebida para acompañar un sinfín de ocasiones. Pedro Rosell, presidente de Bodega Campo Negro y Finca El Reposo opinó que el consumo de champán sigue aumentando. Argentina es uno de los más importantes consumidores en Latinoamérica y en el mundo. Brasil, también marca un alto consumo de esta bebida pero no tanto como Argentina. Ciertas tendencias indican que el champán rosado es quien marca la moda, acorde a una inclinación mundial. Una de sus particularidades diferenciales es la bondad de su boca redonda y generosa, expansiva y persistente sobre el final gracias al Pinot Noir. Esta bebida se alza a la fama junto a los vinos finos, que también han aumentado en volumen los últimos tiempos. Rosell atribuye este crecimiento a que existe mayor apertura por parte de los consumidores, conocen más de su elaboración, se abren a aprender, a probar vinos espumosos. Y agrega que este fenómeno es directamente proporcional a que los consumidores saben más de cocina, entonces acompañan sus comidas con champán, cosa que antes no hacían. Hoy existen champanes más contundentes, con más cuerpo que antes, mejores para acompañar con carnes, afirmó Rosell tan erudito en vinos como en gastronomía. Con respecto al público, el consumo se da más en adultos, quienes se pueden permitir probar productos importados y acceder a ellos por su posibilidad económica. Los jóvenes en cambio, si bien están ávidos de la cultura de los vinos en general, aún no centran su elección por el champagne. Lo prefieren las personas que se inclinan más por los aromas y sabores frutados y más dulces. En las damas se nota una inclinación hacia los rosados dulces (Rosé Duc), opinó Miguel Mas de Champañera Miguel Mas-Huerta Orgánica Anahata. Ante esto, algunas bodegas están poniendo en práctica estrategias publicitarias para atraer a estos jóvenes consumidores. Pablo Naumann, gerente de Comunicación Institucional de Bodegas Chandon explicó que estamos lanzando una campaña para promocionar Chandon Rosé, con una propuesta que apela a persuadir el costado atrevido, extrovertido del consumidor. Proponer un consumo desestructurado, sensual. No solamente al público femenino sino también despertar este sentido en el hombre. Naumann agregó que el mundo es complejo, la idea es sacarlo de allí, que se anime a probar algo distinto. No es sólo para gente joven, es para gente fresca de espíritu.