Ayer se dio el esperado paso y la empresa que ganó la concesión de explotación del Hotel Potrerillos -Nell-Joy Industries Mendoza- recibió la titularidad del emblemático establecimiento, construido en los años 40, que deberá convertir en un petit de cuatro estrellas.
La puesta en marcha del establecimiento con la presencia de los primeros huéspedes ocurrirá alrededor de marzo de 2013. No obstante, si la marcha de las obras lo permite, los titulares del emprendimiento abrirían el restaurante en la Fiesta de la Vendimia el año entrante.
En el cuarto piso de la Casa de Gobierno y en presencia del gobernador Celso Jaque y un reducido grupo de asistentes, se firmó el contrato de concesión para la recuperación, explotación y mantenimiento del complejo de 14 hectáreas. Las rúbricas estuvieron a cargo del mandatario y el director ejecutivo de Nell-Joy, Gonzalo Sarriguren, de 40 años. La firma local forma parte de un holding internacional, con base en Nueva York. En la mesa también estaban integrantes del equipo que se hace cargo del hotel; el secretario de Turismo, Luis Böhm; el intendente electo de Luján de Cuyo, Carlos López Puelles y Magdalena Guiñazú, funcionaria que tuvo a su cargo los detalles de la licitación.
La empresa Nell-Joy deberá invertir 7.887.953 pesos en la remodelación del complejo, y aportará al Estado mendocino 4 por ciento del total la facturación que genere el negocio. Qué se hará La propuesta del hotel se conoció a través del arquitecto Eduardo Diez, el director de obra de lo que se hará en el emblemático alojamiento de montaña.
En su rehabilitación se respetará el patrimonio arquitectónico del inmueble y su contorno, en el que se mantendrá la imagen de estilo californiano que originalmente se le dio al inmueble.
En una primera etapa se reciclará todo el edificio y se recuperarán las instalaciones que están bajo tierra y no se ven, como agua, luz y gas. Asimismo, se restablecerán los grupos sanitarios, dormitorios, comedores y salones, requisito base para transformar el edificio en un petit cuatro estrellas.
El concesionario planea incorporar otras prestaciones, como un spa, un salón de convenciones, instalaciones náuticas (una marina) a orillas del dique y servicios que lo transformarán en un hotel de rango internacional. Además, se construirán nexos para agua y cloacas y se incorporará una sala de bombeo para el tratamiento de los efluentes cloacales.
Los departamentos o dormitorios que disponían de un sanitario compartido, tendrán baño privado. El comedor mantendrá la imagen tradicional que los mendocinos conocen, aunque con cambios en el piso, el amoblamiento e incorporando pintura y nueva decoración. Las habitaciones, de acuerdo a la explicación del arquitecto Diez, sufrirán una remodelación total. La parte paisajista, muy criticada por el abandono de años en la forestación existente, recibirá un fuerte impulso, y se salvará -según destacaron- el bosque, en estado deplorable, además se plantará un viñedo. También se crearán nuevos jardines como expansión del verde ya existente.
Los trabajos de recuperación y remodelación del establecimiento se harán a través de un concurso privado de precios que lanzará Nell-Joy, que también es propietaria del hotel Argentino de la calle Espejo, de Ciudad.
Cuando el hotel esté en actividad funcionará en su sede una escuela hotelera y gastronómica dedicada a la capacitación del recurso humano, a través de cursos y pasantías.
Lo que se ha concesionado son 18 hectáreas en total, compuestas por 14 hectáreas del predio hotelero y cuatro más de terrenos fiscales.
La instalación de un casino no está prevista porque la ley no lo permite, aunque el empresario reconoció que contar con «una sala de juegos sería ideal» por las características del establecimiento.Fuente: Diario Los Andes, Mendoza