Una conferencia brindada en el marco de Vinitaly (Italia) dejó en claro que un grupo importante de bodegas está invirtiendo en políticas sostenibles para el medio ambiente. En Estados Unidos los últimos informes señalan que el 60% de los consumidores quieren saber si van a tomar un vino orgánico o no.
Cada vez más bodegas, comenzando por grandes multinacionales como LVHM, Diageo, Pernod Ricard, están invirtiendo en políticas eco friendly y de desarrollo sostenible, con el objetivo de reducir el impacto ambiental de sus actividades, a través del uso de energías renovables, el reciclaje de materiales y del agua, el uso de transportes alternativos y de nuevos formatos de botella. Gallo, líder en EEUU, ha sido la primera bodega en América que recibió la certificación ISO 14001. En los EEUU los últimos informes señalan que el 60 % de los wine lovers desea saber si el vino que están por consumir es orgánico o no. Esto se dijo Vinitaly, en cuyo marco se desarrolló en Verona la conferencia Vitivinicultura Orgánica como Estilo de Vida, Tendencias Futuras, organizada por la Associazione Lombarda degli Agriculturi Biologici, La Regione Lombardia, y la bodega Barone Pizzini, pionera en la producción de vinos espumantes orgánicos.
Desde el punto de vista del desarrollo sostenible, las pequeñas bodegas orgánicas proveen una importante lección ya que utilizan métodos, llamados verdes, que se basan principalmente en el respeto del medio ambiente y en la producción de vinos controlados y bien diferenciados. Las reglas de la vinicultura orgánica actual encuentra su base en la calidad, la cual resalta naturalmente el gusto y la tipicidad del producto final. Este aspecto, de creciente importancia, garantiza una fuerte sostenibilidad ambiental, como lo remarca Kathleen Buckley, periodista de Wine Enthusiast y coautora junto con Roger Voss de dos de los más importantes informes sobre cambio climático, impacto ambiental y consumo de vino: Ya en el 2006 habíamos planteado el problema de cómo los cambios climáticos estaban destinados a impactar fuertemente también sobre el sector vinícola, alterando la tipicidad territorial, la época de la vendimia, y las características de las uvas. Pero, en aquel momento, ni las bodegas ni los consumidores se daban cuenta de qué estábamos hablando. Sin embargo, hoy, en los EEUU, la sensibilidad hacia lo orgánico y biodinámico es tan alta como la que se tiene por el calentamiento global. Por otra parte, la atención sobre la biodinámica está aumentando, como explica Alan York, uno de los máximos expertos en vinicultura biodinámica a nivel mundial. El valor agregado de los métodos de vinicultura biodinámica, proviene de la posibilidad de preservar la calidad y la autenticidad del producto final, respetando al mismo tiempo el ambiente. La vinicultura biodinámica considera a la viña como un único y complejo ecosistema, que vive y se alimenta gracias a la interacción de todos sus elementos: las plantas, los animales e incluso el hombre que trabaja en ella. La utilización de procedimientos que refuerzan los procesos vitales de la viña, brindándole estabilidad y salud, no pueden sino producir vinos balanceados que no requieren de manipulaciones sucesivas. Algunas intervenciones en bodega, típicas de la enología tradicional, como el agregado de aromáticos o enzimas, no hacen al vino mejor sino que por el contrario, alteran su naturaleza y hasta a veces comprometen su originalidad. Cuando interrogué a Diana Nigro, creadora del artículo Wine Goes Green de Wine Spectator, sobre el significado del vino verde para ella, respondió que es la originalidad de los vinos que beberán las próximas generaciones. ¿Qué sucede con respecto al Mercado Una visión de los EEUU, el más grande consumidor de vinos orgánicos, fue dada por Dino Tantawi, el mayor importador de vinos de calidad para los restaurantes del Estado de New York y George Tsopelas Main Chef de Abboccato, uno de los más prestigiosos restaurantes de Manhatan. La sensibilidad del consumidor sobre los vinos de calidad es siempre más alta cuando por calidad también se entiende respeto por el ambiente. Es evidente la conexión que los wine lovers encuentran entre calidad y territorio bien tratado. Esto está generando una creciente demanda de vinos orgánicos y biodinámicos. En los EEUU la certificación bio es una garantía para el consumidor de la integridad de la materia prima y la tipicidad del terroir. La clientela internacional está siempre más atenta a estos aspectos. Si el cliente puede elegir, elige orgánico. Basta con pensar que en el último año en nuestro restaurante, las ventas de vinos orgánicos aumentaron un 90% , afirma el prestigioso chef. Por otra parte Wine Spectator, la biblia americana del sector vinícola, habla de revolución del verde en los EEUU. El CCOF, mayor ente certificador de vinos orgánicos en California, ha remarcado que ya son más de 150 las bodegas certificadas, y que los requerimientos de certificación aumentaron enormemente en los últimos años.
De 4921 acri (medida americana) de viñas certificadas en el 2000 se ha llegado a casi 8600 en el 2006. Según el California Sustainable Wine Growing Report Aliance, más de 1200 bodegas están evaluando la aplicación de métodos de vinicultura orgánica: un negocio que interesa al 33 % de los 522.000 acri de viñas presente en California. La situación del mercado no es menos dinámica en Europa, donde las bodegas más prestigiosas aplican en aumento las técnicas verdes. Esto es lo que resulta de la última edición del Biofach: Italia conserva la posición de lider en Europa, con más de 30.000 hectáreas de viñas orgánicas, seguida de Francia con 17.000, España con 15.000 y Alemania con 2.000. En otras palabras, el vino orgánico gusta al mercado, dice Silvio Brescianini, director de Barone Pizzini, primera bodega en producir vinos orgánicos espumantes. Ya en estos tres meses del 2008 tenemos un incremento del 30 % con respecto al 2007. La nuestra fue, en principio, una elección hacia la calidad y el cuidado del ambiente. 10 años después, con una fuerte demanda , esta se ha convertido en nuestra estrategia de marketing . ¿Qué significa ser verde Desarrollo sustentable, orgánico y biodinámico son los tres principales términos que surgen de la revolución verde, pero ¿qué diferencias hay entre ellas para que cada una en EEUU obtenga una diferente certificación – Desarrollo sustentable
Se entiende por desarrollo sustentable a las prácticas agrícolas que no sólo intentan velar por el medio ambiente, sino que también tienen en cuenta el impacto económico y social del negocio, dice Dough Shafer, presidente de la asociación de agricultores de Napa Valley. La bodega trabaja junto con la sociedad en la que esta inmersa. Donaciones, formación, etc, son parte de la práctica. – Vinicultura Orgánica
Las reglas son estrictas en cuanto al uso de elementos orgánicos, ya sea en la viña o en la bodega. Está totalmente prohibido usar productos químicos. – Vinicultura Biodinámica
Estas técnicas fueron creadas en 1920 por Rudolf Steiner, científico austriaco, y se aplican considerando a las viñas como un entero ecosistema. Se deja actuar a la naturaleza buscando una conexión espiritual entre la tierra y las uvas, dice Bart Araujo, productor de Napa Valley, que obtuvo la certificación biodinámica en el 2005. Adherentes a estas prácticas creen que se logra una auténtica expresión del territorio.
Nada en el ecosistema de la viña es más importante que otro elemento. Lo que hay que aprender es a organizar nuestro ecosistema sin quitar ni agregar nada.