El vino llega al consumidor, a través de los canales de comercialización, luego de ser elaborado, criado y embotellado. El consumidor, dependiendo de sus gustos y posibilidades económicas, cuenta con un amplio espectro de diferentes clases de vinos. Argentina es tierra pródiga en tipos y calidades, por lo que saber elegir es una ventaja que se debe aprovechar. El vino embotellado ofrece en general máximas garantías si se saben valorar algunos detalles:
-Saber leer la etiqueta: Existe una serie de normas que indican las especificaciones que deben figurar obligatoriamente en ella, como contenido neto, grado alcohólico, azúcar, procedencia, fraccionador y elaborador, variedad. -El comprador, conociendo que el vino es una materia biológicamente activa, debe evitar adquirir botellas que hayan permanecido de pie en las estanterías por mucho tiempo, detectable por el polvo, especialmente en los hombros del envase, etiquetas descoloridas, etc. -Debe observar que no estén en las góndolas o en vidrieras expuestas a la luz del sol, o cercanas a sitios generadores de calor. -Estar siempre dispuesto a descubrir nuevos tipos de vinos, con algo diferente, con nuevos bouquets que le permitirán conocer un mundo de nuevas y bellas sensaciones.