Un programa internacional denominado Qhapaq Ñan busca declarar tramos del camino incaico en Uspallata como patrimonio de la humanidad, un bien que por su historia y estado de conservación tiene un valor universal que se quiere proteger para las generaciones futuras. Las comunidades del Valle de Uspallata y de las villas de Alta Montaña del Corredor Andino reclamaron su directa participación, por tratase de una iniciativa que los involucra geog´rafica, histórica y culturalmente. Por tal razón se realizó en abril pasado un taller que estuvo coordinado por la Lic. Leticia Raffaelle, el Arq. Victoria Sosa y la Dra. Mariana Segura (INAPL) y que sirvió no solamente para informar sobre el avance del Programa sino que provocó la participación de la comunidad local en la búsqueda de un consenso para gestionar a futuro en materias tales como el cuidado del valioso patrimonio, las acciones para su preservación y la forma de llevarlas adelante, y fundamentalmente la manera de favorecer el desarrollo económico y cultural de las comunidades cerca de los sitios, y definir qué forma de desarrollo turístico interesa o qué tipo de actividades se desean para el futuro. La organización corrió por cuenta del Comité Mendoza del programa, Sistema Vial Andino, que incluye al Ministerio de Cultura, Dirección de Patrimonio Cultural; Ministerio de Turismo; Municipalidad de Las Heras; Secretaría de Ambiente, Dirección de Ordenamiento Territorial, Dirección de Recursos Naturales; INCIHUSA Mendoza; Dirección Nacional de Arquitectura; Secretaría de Cultura de la Nación, Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano. En la zona existen evidencias arqueológicas de la ocupación de los incas por lo menos desde hace 4000 años. Tanto el pedemonte como los valles de Uspallata y del río Mendoza fueron ocupados por grupos étnicos que precedieron a los Incas en la utilización del medio para su subsistencia. Uspallata históricamente ha sido un lugar de tránsito, donde el Inca contemplaba el valle en su paso hacia Chile. En los alrededores de Uspallata, en Ranchillos, hay vestigios de un tampu o posta del Camino del Inca. Durante el siglo XV y hasta la penetración española, se produjo la incorporación del área que hoy se denomina Corredor Andino, al imperio incaico. El valle de Uspallata se constituía entonces en una encrucijada de caminos. El Camino del Inca, aún visible, es testimonio de la comunicación entre pueblos a ambos lados de la Cordillera. Desde el altiplano peruano-boliviano, el Camino del Inca desciende por el lado chileno y penetra en el Corredor Andino por los valles de la precordillera. El camino llega hasta el río Mendoza y continúa bordeándolo hacia los pasos de la cordillera. En Mendoza, la ruta se inicia desde el norte de Uspallata, en Yaguaras por donde entra a la provincia hasta San Alberto y continúa por un tramo de 50 kilómetros. Luego desaparece y reaparece en Ranchillos, donde hay ruinas incaicas. Continúa en Tambillos, unos 10 kilómetros antes de llegar a Polvaredas y sobre la ruta 7, donde hay restos de antiguos asentamientos. El cuarto punto señalado es Puente del Inca, su monumento natural y un tramo simbólico, ya que el camino ha desaparecido. En el área del Parque Provincial Aconcagua, sobre el cerro Penitentes, se encuentra uno de los lugares ceremoniales de esta cultura, al igual que en el cerro Pirámide. El programa Qhapaq Ñan fue declarado de interés provincial en Mendoza. Comenzó en 2002, y participan Argentina, Perú, Bolivia, Chile, Colombia y Ecuador. Internacionalmente es coordinado por la UNESCO, y a nivel nacional por la Secretaría de Cultura en conjunto con un Comité Técnico y las siete provincias involucradas.