Los resultados obtenidos por científicos del Museo de Historia Natural de San Rafael establecieron que la actual laguna de Llancanelo «era 10 veces más grande de lo que es ahora». «Queremos saber si se terminará secando o puede volver a crecer», opinó uno de los profesionales. Arqueólogos del Museo de Historia Natural de la ciudad mendocina de San Rafael revelaron la desaparición de un gran lago de agua dulce de unos cincuenta kilómetros de diámetro, que existió hace más de 10.000 años en la zona sur de Mendoza. El mismo fenómeno podría llegar a reproducirse de acuerdo a las futuras condiciones del cambio climático. «Los lagos se están achicando pero no sabemos aún si es por la ruptura de un dique natural o por un proceso de cambio ambiental que se refleja porque llueve menos agua de la que se evapora», dijo el arqueólogo mendocino Adolfo Gil. En el Museo de Historia Natural de San Rafael, los resultados obtenidos a través del método de Carbono 14, establecieron que la actual laguna de Llancanelo, ubicada en departamento de Malargüe «era diez veces más grande de lo que es ahora». «Con estos resultados, ahora podemos saber cuál es la dinámica del paisaje regional, es decir cómo ha variado a lo largo del tiempo, y de esta forma pensar qué tipo de ambientes podríamos tener en el futuro frente a los cambios ambientales que se avecinan y que ya se manifiestan en la Argentina y el mundo», dijo Gil. El objetivo planteado por los investigadores es saber cómo las poblaciones humanas respondieron a estos cambios y cómo se achicó este gran lago que podría llegar a desaparecer del todo o volver a aumentar su tamaño. «Queremos saber si se va a terminar secando o puede volver a incrementar su tamaño, lo que seria importante saber, porque también sería un problema», opinó el científico. «Los sedimentos fechados corresponden a restos de caracoles que se encontraban varios metros por encima del nivel actual de la laguna, lo que confirma el tamaño que ésta pudo haber alcanzado durante ese largo tiempo», señaló Gil. Con los resultados obtenidos, los arqueólogos saben ahora con más precisión cómo era el paisaje cuando llegaron los primeros humanos al sur de Mendoza; cuáles eran los recursos con los que disponían; cuáles eran las vías de acceso a la región; y qué desafíos tuvieron que enfrentar para sobrevivir. En aquellos momentos, las grandes masas de hielo de la última glaciación que se habían extendido en forma ininterrumpida hasta Tierra del Fuego estaban derritiéndose en forma acelerada, transformándose en enormes ríos y lagos que surcaban y se extendían por el paisaje regional. En ese escenario tan distinto al actual, con ambientes más fértiles, habitaban grandes mamíferos hoy extintos como el Megaterio, la Macrauquenia, el Gliptodón o el Caballo Americano. Junto a los arqueólogos del Museo de Historia Natural de San Rafael trabajan investigadores del Registro Malacológico (estudio de caracoles) de la Universidad Nacional de Mar del Plata y sedimentológico y palinológico, que también realizan biólogos y geólogos del Museo de Historia Natural de San Rafael. Fuente: MDZ on line.