El guión de este año orientado en el Bicentenario, tuvo momentos sorprendentes e inolvidables: caballos gigantes, una magnífica interpretación de San Martín curzando Los Andes, en los cerros cercanos; la procesión de la Virgen de la Carrodilla; y un momento único en el cual casi 300 parejas bailaron el tango de Mariano Mores, Tanguera. La coreografía fue realmente sensacional. El sábado 6 de marzo en el teatro griego Frank Romero Day, construido en la falda de los cerros que lindan con el Parque General San Martín, se desarrolló el Acto Central de la Vendimia. Esta Fiesta congrega a casi 20.000 personas sentadas, mientras que otras miles se ubican en los cerros aledaños para presenciar un espectáculo en el que más de 700 artistas ponen el cuerpo para dar vida a un guión que es seleccionado año a año por un jurado especializado. Más de 400 técnicos hacen posible el despliegue de un escenario que integra tanto la particular arquitectura del teatro como los cerros circundantes. Una particularidad típicamente mendocina son las cajas lumínicas elaboradas artesanalmente para conjugar luz y volumen, dando forma a una escenografía única. Las motivaciones y argumentos de este espectáculo son netamente relacionados con Mendoza, el vino y la identidad de un pueblo basada en el esfuerzo por lograr frutos de una tierra árida, la paciencia de quienes respetan la sabiduría de la naturaleza y sus particulares ritmos y una fe sustentada en la amalgama de divinidades provenientes tanto de los pueblos originarios como de las culturas que se instalaron luego de la conquista. Esta celebración culmina con un espectáculo de fuegos artificiales que dan un cierre mágico a esta velada vendimial. La noche del Bicentenario La Fiesta principal de los mendocinos también estuvo inmersa en este contexto conjugando distintas temáticas que conforman la identidad de ese pueblo cuyano. Es por eso que el guión y la expresión del mismo, presentó una mixtura de cuadros artísticos de danza, música y teatro atravesados por los tintes histórico-culturales que representan el Bicentenario. La historia giró en torno a la experiencia vivida por los caballos desde su llegada a América, y contada justamente desde la óptica de uno de ellos. Un punto importante a destacar es el espacio que se le otorgó a la Gesta del General San Martín con el espíritu liberador, haciendo hincapié en el inicio de la hazaña del Cruce de Los Andes, instantes de emoción cuando comenzó a iluminarse un cerro cercano y se lo veía al Libertador montado en su caballo, encabezando la caravana que marchaba rumbo a Chile. Los colores de la Patria (celeste y blanco) lograron su expresión con varios soportes estéticos. La línea argumental, atraviesa la historia del pueblo Huarpe, para seguir en la línea del tiempo y llegar al Cuyo de 1810. La previa junto a Cristian Soloa
El cantante, oriundo de Palmira (Departamento de San Martín) y ganador de Operación Triunfo 2009, fue el encargado de actuar en la previa del Acto Central y de interpretar un tema dedicado a la Vírgen de la Carrodilla, Patrona de los Viñedos, que tuvo un momento destacado en el guión, cuando se la vio bajar desde un cerro en una emotiva procesión. Soloa que fue ovacionado en el Festival Internacional de Viña del Mar, ofreció a su provincia lo mejor de su arte. Los caballos gigantes deslumbaron al público, la coreografía fue excelente; la combinación de luz y sonido y una interpetación de Tanguera de Mariano Mores, fueron los momentos más aplaudidos de la noche.