En la década del ´70, todos los sectores vitivinícolas se pusieron de acuerdo en un proyecto de ley que fijara objetivos comunes de la industria. Su sanción se hizo bajo el Nº 18.905. Los objetivos eran la integración vertical de la industria, el fomento las exportaciones, la formación de stock operativos, el fraccionamiento en origen, la estabilización de las fluctuaciones económicas, adecuando la política tributaria y crediticia.
También se legisló para organizar la elaboración por cuenta de terceros, – Ley 18.600 – es decir, facilitar a los viñateros sin bodegas que buscaban elaborar sus vinos, que por el carácter perecedero del producto y la coincidencia de la época de la cosecha con las inclemencias climáticas, los colocaba en una desigualdad de trato.
En los años ´80, la Vitivinicultura Argentina, sufrió un enorme proceso de transformación. Habían entrado en producción los viñedos plantados al amparo de la desgravación impositiva. Por otro lado, se inició un cambio de la titularidad de las bodegas tradicionales, en un proceso de concentración. El mismo entró en crisis por la caída de un grupo financiero que había adquirido parte de ellas. Muchas de las viejas bodegas mendocinas, de familias italianas y españolas, que se encontraban en manos de numerosos herederos y que habían impulsado la producción de vinos para el mercado interno, terminaron intervenidas por el Estado.
En el actual período, se inició un crecimiento significativo de las inversiones en la Vitivinicultura regional. Empresas francesas, norteamericanas, chilenas y nuevos grupos inversores empezaron a revalorizar la plantación de viñedos finos. Bajo la creciente y generalizada difusión de vinos de calidad en todo el mundo, adquirieron bodegas y marcas, se reconvirtieron viñedos, se incorporaron nuevas tecnologías y se desarrollaron zonas como Valle de Uco. El vino argentino pasó a ser partícipe permanente de las ferias internacionales y se empezó a identificar a nuestro país como un productor importante de caldos de calidad. La Argentina por primera vez preside la OIV.
Paralelamente, la calidad de uvas comunes entró en crisis por la caída del consumo local, fruto de la disminución de los salarios, los cambios de hábitos alimenticios y la competencia de otras bebidas. Se formaron así dos vitiviniculturas: una frente a la producción de vinos finos destinados al consumo de altos ingresos y a la exportación, y otra destinada al consumo del mercado local. Ésta última destina un porcentaje de su producción a la elaboración de mostos.
Mendoza fue conformando un oasis irrigado, incorporó viñedos y tecnologías que la convirtieron en una de las primeras regiones vitivinícolas del mundo. Sus suelos pedregosos y asoleados, la convirtieron, en ¨ la verdadera patria de la Vid¨.
Autor: Lic. Laura Suarez