El turismo ha alcanzado en la actualidad gran importancia en San Rafael, y se ha convertido en una alternativa válida para su economía regional. No ha sido fácil llegar a esta expectante posición nacional, y ha demando el esfuerzo de distintos sectores y sanrafaelinos preocupados de su desarrollo. Hace más de 80 años los sanrafaelinos se lanzaban a la aventura de visitar las lejanas termas de Los Molles, ubicadas a 150 kilómetros de San Rafael y por caminos intransitables que demandaban varios días de viaje. Uno de los más entusiastas visitantes era el doctor Teodoro J. Schestakow, quien, en reuniones con amigos, solía difundir las bondades de las ferrigenosas aguas, las que recomendaba visitar especialmente a quienes padecían de reuma y enfermedades óseas. Si bien es cierto que estas visitas se llevaban a cabo más por problemas de salud que por hacer turismo, se podría decir que allí nació la actividad turística en el sur mendocino. Pocos años después don Fermín Díaz, precursor y fundador de los baños termales a nivel local, comenzó a construir un refugio que luego se convertiría en el hotel Los Molles. La construcción estaba compuesta de dos grandes edificios, uno para el funcionamiento del hotel-comedor y el restante para los baños termales. El amplio comedor, que estaba iluminado con lámparas de alcohol, podía albergar más de cien personas. En este hotel solían pasar sus vacaciones personajes muy conocidos de la Colonia, como el citado doctor Schestakow, Juan Canadé, Otto Suter, Alfredo Bufano, Juan Solano Luis, Fausto Burgos, Daniel Julián y muchos otros con sus respectivas familias. El programa preparado por los propietarios del hotel comprendía recorrer en breack La Niña Encantada, El Pozo de las Ánimas y El Pozo del Barro, este último un lugar muy concurrido por las personas que padecían de eczemas, teniendo en cuenta que el barro con aguas ferrigenosas tenían propiedades curativas comprobadas por el mismo doctor Schestakow. Los visitantes quedaban impresionados por la belleza de La Bajada del Infiernillo, un camino que por momentos descendía abruptamente y en otras lo hacía por una huella tipo caracol. En nuestra próxima nota nos referiremos a los deportes invernales en sus inicios en nuestro sur mendocino, la fundación del Club Andino Pehuenche y el papel fundamental que la entidad cumplió en esa actividad en los centros de esquí de la época cercanos a los hoteles Lahuencó y Los Molles.
Fuente: Diario San Rafael