Se desarrollan, en Mendoza, más de una docena de urbanizaciones con todos los servicios. Algunas propuestas incluyen la opción de producir vino, asistido por enólogos. El vino, ese néctar que enloquecía a Baco y que en los últimos tiempos fue sumando adeptos hasta reinstalarse socialmente, se convirtió en muchos casos en el centro de los negocios inmobiliarios de la mano de los llamados countries de vino. Este fenómeno, que encuentra su principal motor en el gran crecimiento de la industria de esta bebida espirituosa, impulsó urbanizaciones sobre tierras desiertas y áridas, original negocio inmobiliario que combina la posibilidad de ser propietario de un viñedo, vivir allí y hasta ser el productor de sus vinos. Mendoza es una de las provincias que más rápido aceptaron esta tendencia, que parece crecer con muy buenos resultados, variedades e infinitas posibilidades. Estos proyectos suelen tener no sólo características diferenciales, sino también servicios acordes, entre los que se destacan -más allá de los tradicionales amenities- las asesorías y los conocimientos de sommeliers de primer nivel; espacios de guarda; descanso, maduración y almacenamiento de vino. «Ser dueño de una finca privada dentro de un emprendimiento de estas características tiene una serie de ventajas desde el punto de vista vitivinícola y productivo, que incluyen una mejor estructura de servicios, mejores asesores y personal altamente calificado gracias a la economía de escala», explica Nicolás Rodríguez Otaño, director ejecutivo de Burco América, companía desarrolladora de Tupungato Winelands y Arelauquen Golf & Country Club. La mayoría de estos desarrollos suelen ser mixtos, ya que combinan espacios residenciales, sectores turísticos, y en algunos casos áreas destinadas a desarrollos comerciales. Los registros de los principales referentes de este mercado revelan que no sólo lo eligen inversores locales e internacionales, sino también el turismo en general. Por eso, en estos lugares la infraestructura de alojamiento suele ser una conjunción entre la calidad y el confort, sin desentonar con el entorno no sólo natural, sino también urbano. El Valle de Uco se presenta como uno de los lugares más elegidos por los desarrolladores de este tipo de proyectos, al pie del volcán Tupungato, en medio del paisaje cordillerano. Allí, en medio de esa geografía se levanta Tupungato Winelands, el nuevo proyecto inmobiliario de Burco América. En sus 800 hectáreas se distribuyen fincas con viñedos privados (140) y lotes residenciales(150), clubes de golf, una cancha de 18 hoyos, un club de polo con dos canchas, una bodega boutique, un hotel spa y una amplia infraestructura social con espacios gastronómicos. El proyecto, que cuenta con una inversión de 40 millones de dólares, ofrece amplios espacios para desarrollar no sólo la actividad vitivinícola, sino que cuenta además con espacios reservados para la construcción de las viviendas. «Las fincas tienen una superficie que varía entre 2,5 y 4,5 hectáreas. Los dueños podrán, con lo producido por sus tierras, elaborar su vino con su etiqueta, todo bajo el cuidado y la dirección de Tupungato Winelands, en nuestra propia bodega y con nuestro wine maker. Otra opción es vender la producción de uvas al granel», sostiene Rodríguez Otaño. Agrega: «Los compradores de un desarrollo de Burco forman parte del Club Burco, con beneficios y descuentos en otros emprendimientos desarrollados por la compañía, como Arelauquen Golf & Country Club en Patagonia, Arelauquen Lodge, el Pedrel Lodge y los programas Helisky, entre otros». Allí, el precio de las fincas ronda los 400.000 dólares. «Desde el lanzamiento comercial, en octubre último, en el lugar se plantaron 150 hectáreas de viñedos y empezaron a construir los primeros 9 hoyos de golf, y se calcula que estarán terminados en marzo del año próximo», concluye Rodríguez Otaño. Luján de Cuyo A 35 minutos de la ciudad de Mendoza, en la zona de Alto Agrelo, Luján de Cuyo, se encuentra Santa María de los Andes, Pueblo de Viñas. El desarrollo proyectado sobre 819 hectáreas contempla 191 lotes de viñedo, más 97 terrenos exclusivos para residencias. El lugar cuenta con un sector denominado Reserva Natural, al pie de la Cordillera, donde en una superficie de más de 100 hectáreas se garantiza la protección de la flora y la fauna del lugar. «Por todas las características que ofrece el desarrollo, éste se presenta como un lugar ideal para tener una segunda vivienda o una casa de fin de semana. El valor del m2 en esta área es de 4,5 dólares», detalla Liana Vinacur, directora de marketing de Fiducia Capital Group, la desarrolladora y comercializadora del proyecto. Otra opción son las denominadas villas, ideales para un inversor que mediante la firma de un contrato con la compañía operadora entrega dicha unidad para su administración y operación hotelera. A través de intranet para propietarios se podrá consultar mensualmente el informe de gestión, las utilidades de la propiedad y de su unidad. Aunque en el lugar aún no hay viviendas edificadas, ya está funcionando el guesthouse (casa de huéspedes) del emprendimiento. «Nuestros propietarios desean ingresar en el mundo del vino sin sumar preocupaciones, por lo que proveemos servicios integrales de gestión. También tendrá en el futuro un hotel con health club, spa y restaurante», dice Vinacur. En 2008, el proyecto ganó el Premio Best Real Estate Development 2008 CNBC, que otorga The New York Times. Entre las actividades recreativas que se podrán realizar en el lugar están las degustaciones de vinos guiadas por los sommeliers y recorrer los viñedos acompañados por expertos. El asesoramiento de los sommeliers le permitirá al propietario elegir desde la uva preferida hasta la personalidad del vino. Se optará también por el paso o no por barricas de roble y el tiempo de estiba en botella. «Muchos argentinos que conocen de vinos y saben lo preciado del terroir han invertido. Comprar en Santa María de los Andes es como comprar en Napa Valley 30 años atrás. Mendoza es una de las ocho capitales del vino, junto con Napa Valley, Bordeaux, Porto, Rioja, Toscana, Mainz y Cape Town, con la ventaja de que aquí el valor de la tierra es comparativamente mucho menor -precisa Vinacur-. La unidad productiva mínima para un viñedo debería ser del orden de las 25 hectáreas, en virtud de que es a esta escala donde empiezan a tener sentido económico los costos de infraestructura, operativos y laborales.» Actualmente, los valores de los terrenos en efectivo parten desde los 80.000 dólares. En la misma zona, próximo a la ruta 7, se proyecta Aymuray Winemakers & Golfers Valley, en un terreno de 2700 hectáreas. La urbanización, que demandará una inversión de 80 millones de dólares (30 de ellos se desembolsarán en los primeros tres años), contará con una cancha de golf que llevará el sello del célebre golfista Gary Player y que se comenzará a construir en diciembre próximo. Allí, el valor de los lotes de 5000 m2 (con vistas a la montaña o entre ellas) rondan los 175.000 dólares, mientras que las fracciones con viñedos de 2,5 hectáreas se venderán a 350.000 US$. Santigo Obarrio, titular de la firma homónima, definió al desarrollo como uno de los más importantes no sólo de Mendoza sino del Mundo. «Aymuray, que tendrá 800 hectáreas de viñedos, contará con 11 km de Este a Oeste y distintas altitudes característica que permite cultivar todos los varietales». Entre la infraestructura que tendrá se destaca un hotel boutique 6 estrellas, y un área denominada casa pueblo que contará con 120 propiedades las cuales contarán con todos los servicios y hasta podrán ser ofrecidas para el servicio de hotelería. En el distrito de Vista Flores, departamento de Tunuyán, sobre la ruta 94, se encuentra Vines of Mendoza, un desarrollo de 372 hectáreas en las que se diseñaron 129 terrenos de entre 1,2 y 6,1 hectáreas. El valor actual de los lotes parte de 115.000 dólares por hectárea, con financiación hasta 24 cuotas. «Se desarrolla en una de las zonas más aptas para la producción de uvas ultra premium del país. En el área están otros proyectos de gran relevancia vitivinícola (Salentein, Clos de los Siete, Lurton, O´Fournier, Andeluna, por ejemplo), pero en nuestro caso se combina con lo inmobiliario y la gente podrá acceder al título de dominio de la propiedad», indica Michael Evans, CEO de Vines of Mendoza. Amplía Pablo Giménez Rilli, vicepresidente ejecutivo: «Ofrecemos a los propietarios la posibilidad de elaborar vinos llave en mano, con la dirección de un equipo de agricultores y winemakers. También contamos con un equipo de atención al cliente bilingüe full time a disposición». El proyecto, que no cuenta con espacios comunes, tiene infraestructura completa, caminos de acceso y sistema de riego. «También hay un área de servicio que provee a todo el viñedo, donde se encuentra una represa de 3 millones de litros de agua (y se prevé la construcción de otra de iguales dimensiones), el comando central del sistema de riego (que cuenta con tecnología israelí) y dos casitas para alojamiento de propietarios clientes. Además, se iniciará la construcción de la primera etapa de la bodega, de 300.000 litros, para elaborar los primeros vinos en marzo próximo», detalla Carina Bendeck, de la inmobiliaria Bullrich, que comercializa el proyecto. La Bodega tendrá un sitio llamado Club de Propietarios, donde los dueños podrán disfrutar de un ambiente confortable. También se prevé la construcción de un resort con spa abierto al público de 15 habitaciones.