León, excombatiente argentino en Malvinas, abre una pequeña estación de servicios a pocos kilómetros de la villa de Uspallata, en Las Heras, en medio del imponente paisaje cordillerano. Vive una vida solitaria, arrastra problemas con su ex esposa, tiene poco trato con su pequeño hijo. La casualidad hace que por ese lugar pase Javier, su sargento en la guerra, ahora camionero. Esa extrema experiencia los hermana en el tiempo y juntos recuerdan a sus camaradas, vivos y muertos. Aparece Ana, una brasileña de paso a Chile, y el amor que nace entre ellos reconcilia a León con la vida misma. Simple, humana, conmovedora. Esta pequeña historia de vidas se corporizará en el largometraje Al Oeste del fin del mundo, que durante la primavera se filmará íntegramente en la localidad de Uspallata. La película no indaga sobre las razones políticas de la guerra sino en las relaciones de hermandad que se produjeron entre los soldados argentinos, los sacrificios por cuidar la vida del otro, y cómo esa experiencia los han unido para siempre en un destino común explican Martín Viaggio y Tomás Buchanan, de la productora Bufo Films, responsables de la coproducción junto a la brasileña Accorde Films. El proyecto ganó el concurso Incaa-Ancine, lo que permite su realización. La dirección correrá por cuenta del brasileño Paulo Nascimento. Al Oeste del fin del mundo ya fue invitada a participar en los festivales de cine en Alemania, Brasil y Mar del Plata, una magnífica oportunidad no solamente para exhibir las cualidades técnicas y artísticas de la cinematografía argentina, sino también como herramienta de promoción turística de Uspallata y Mendoza. La producción ha dispuesto la construcción del decorado con mano de obra local. Igualmente los ítems materiales, alojamiento, comidas, transporte y elenco de actores secundarios serán cubiertos íntegramente en el valle lasherino. La película será posible gracias al apoyo de la comunidad de Uspallata y la Asociación de Turismo y Comercio local, y de importante participación de la Municipalidad de Las Heras, que brindará todo el apoyo logístico y de gestión necesario para la materialización del proyecto cultural. En este contexto, y con el histórico antecedente de la filmación de Siete años en el Tíbet décadas atrás, Uspallata acrecienta su perfil cinematográfico y crece año a año como escenario muy requerido por un sinnúmero de producciones nacionales y extranjeras que ya se encuentran en carpeta de productores y funcionarios. «Nota publicada en Revista CUMBRES»