Uno es, por ejemplo, la famosa cascada de El Salto, Potrerillos, de unos 20 metros de alto, que está a unas 3 ó 4 horas de caminata. O la hermosa ex estación de trenes de Guido, en plena cordillera, junto al Río Mendoza que, a esta altura, se encuentra en estado salvaje, con sus caudalosas y marrones aguas.
En el llano, aunque siempre junto al río, pero amansado por el paredón del embalse Potrerillos, se encuentra la Toma de los Españoles (Blanco Encalada), una de las primeras obras hidráulicas realizadas en el río, y parte de esa construcción aún se conserva. La Crucesita, antiguo asentamiento jesuita. O la zona de Barrancas-Lunlunta y el Parque Chachingo, en Maipú, que son tradicionales lugares para pasar un fin de semana en otras épocas.
En Cápiz, San Carlos, las acequias conducen agua semitermal y hay criaderos de peces y hasta de langostas, cuya producción está reservada para el consumo en restaurantes de lujo de distintos puntos del país.
Más cerca de la ciudad capital está el gran mirador: el cerro Arco, en El Challao, un hito para los deportistas y los medios de comunicación, ya que allí están instaladas las principales antenas de radio y TV.
O el paseo por la zona pedemontana: los diques Frías o Maure, hacia el oeste, ofrecen bellos paisajes, aunque allí existen varios asentamientos inestables que de alguna manera frenan a los posibles exploradores que van a pie, aunque no tanto a los que van en moto.
La Pampa de los Ñangos, con ingreso por la antigua Estancia San Isidro es otro lugar pedemontano maravilloso, tanto como la reserva de Divisadero Largo, a la que se accede por la ruta del circuito de El Challao.
Por la ruta 13, al noroeste del barrio Municipal, en Las Heras, se accede a la zona de Casa de Piedra y continuando el camino se llega a la villa de Uspallata. Otro atractivo programa para los mendocinos que viajan por su provincia.
Los puestos del desierto del norte provincial o los que se encuentran en el sur son otras de las ofertas que generalmente están reservadas para los integrantes de clubes solidarios de autos y de motos. Ellos son una especie de visitantes de lujo de esos hermosos lugares, donde se siente la amabilidad de sus pobladores.
Fuente: Diario Los Andes