Sangría y Clericó
Si partimos de vinos tintos, se puede ofrecer la tradicional sangría, que no puede fallar. Su preparación es muy sencilla: vino tinto joven y frutado, cáscaras de naranja, un licor de naranjas (aunque algunos optan por ron o brandy), algo de hielo y azúcar.
Otro muy conocido y fácil de hacer es el clericó. En este caso es indistinto si el vino es tinto o blanco. Además del azúcar y un destilado, al vino se le agrega frutas, que con el correr de las horas se van embebiendo en el alcohol y a la vez ceden el azúcar y sus sabores. ¡Imposible no refrescarse!
Clásicos bien hechos
Para hacer en jarra, también es ideal el Gin Tonic, que requiere un buen gin y agua tónica, y, para aromatizar, piel de lima o limón. Con Campari y jugo de naranja se puede preparar el Garibaldi. En este caso, rodajas finas de naranja para decorar.
La Hesperidina, elaborada con la cáscara de naranjas amargas, es el aperitivo nacional, y puede resultar muy novedoso elegirla para armar un trago. Se puede combinar con agua tónica, con gaseosa de pomelo y gajos de pomelo, con diferentes frutas e incluso con espumantes.