Salidas: Lunes a sábados
Horario: de 8.30 a 17:00 hs
El consumo de vinos espumantes es una industria en crecimiento y es que en Argentina hay cerca de 100 bodegas productoras de esta bebida, de las cuales casi cincuenta se encuentran en Mendoza. La ruta de los espumantes es una excursión poco conocida en la provincia pero no menos interesante y atractiva. Este tour que visita tres bodegas nos sumergirá en el mundo de la efervescente bebida.
Localizada en Pedriel, Bodega Cruzat nos recibirá para contarnos sobre sus espumantes creados mediante el método champenoise (o tradicional francés), que da como resultado vinos espumosos ultra premium. Además de recorrer la bodega, realizaremos una cata de 3 vinos directo desde los tanques.
Seguidamente y como no podía ser de otra manera, la renombrada bodega Chandon nos muestra los diferentes métodos de producción de vinos espumosos por medio del método tradicional (champenoise) y aquellos elaborados en tanques (charmat). Un paseo por su sala de degustación será el final de la visita.
Por último, Bodega Norton, cuyos espumantes creados mediante el método charmat, nos invita a realizar un recorrido histórico por la bodega, para finalizar con un almuerzo degustación de 4 pasos maridados con espumantes premium y vinos tranquilos.
SABIAS QUE?
Como regla general, denominamos champagne a todos aquellos vinos obtenidos por una segunda fermentación alcohólica, que es la que logra que salgan las burbujas. El mismo es originario de Francia, en la región homónima.
Champaña, champán, sparkling, espumante o espumoso son otras denominaciones con la cual se lo conoce, pero las convenciones imponen que cada jugo efervescente, lleve el nombre que le corresponda. Es decir, champagne sólo puede usarse para denominar a los que se producen en la zona homónima de Francia y que tienen características especiales de elaboración y de uso de ciertas variedades de uvas. Por esto, Argentina sólo puede utilizar el nombre de espumoso en referencia a la bebida.
Los primeros espumantes buenos de nuestro país se crearon en la década del 40 y 50 mediante el método tradicional. En los años 60 llegó el método charmat al país, con ello la producción masiva por lo cual sólo unos pocos mantuvieron la calidad. En los 80, la calidad cambió rotundamente porque empezó la competencia ya que Europa trajo sus marcas y muchas otras bodegas nuevas se sumaron a la moda. Sin embargo, gracias a los avances técnologicos y las investigaciones, hoy se puede elegir entre un centenar de etiquetas de gran nivel.
¿Pero que determina la calidad de un buen espumante? Son tres los aspectos a tener en cuenta:
El método de elaboración: y es que hay dos formas de crear el vino espumante. En el «método tradicional», el vino toma la espuma en la botellas mientras éstas se encuentran acostadas y son giradas manualmente. En el otro método, el charmat, la espuma se origina por la fermentación, pero no en la botella sino en tanques. Es un método moderno y más rápido que permite producir en forma masiva.
La cantidad de azúcar. El gas que origina estas suaves perlas en el paladar se produce naturalmente por el azúcar del vino que se agrega, de esta manera podemos obtener vinos más secos, o con poca azúcar o más dulces (nature, brut nature, extra brut, brut, demisec, dulce).
Finalmente la última variable está en el tipo de uvas: Chardonnay (uva blanca) y pinot noir (tinta) son la base indispensable para hacer el champagne como mandan en su lugar de origen. Sin embargo, en los últimos años comenzaron a utilizarse con éxito variedades tales como chenin, semillón, malbec, viognier y hasta torrontés, buscando otorgarle nuevas características.
Las posibles combinaciones de estos tres determinarán el espumante finalmente obtenido. Si beber un espumante es un placer, reconocer un buen ejemplar puede multiplicar la experiencia.