De cultivos escasos, las variedades italianas se utilizan en general para producir vinos de exportación, de buen valor agregado y en escasas cantidades. Los más comunes son los vinos de postre, pero algunas bodegas encontraron varietales que se adaptan bien al suelo mendocino y lo utilizan para sus vinos de alta gama.
Poco pero bueno. Con poco más de 200 hectáreas implantadas con varietales de origen italiano en toda la provincia (algunos varietales no sobrepasan los 250 metros cuadrados de cultivos, según estadísticas del INV), la filosofía de algunas bodegas exploradoras y adelantadas es hacer poca cantidad de vino, pero de excelente calidad con uvas de la Península. Aquí encontramos casos excepcionales como el de Valentín Bianchi en San Rafael que logró con Sangiovese hacer un Don Valentín Lacrado preciado en el mercado. La bodega también tiene un vino en el que utiliza el Tocai Friulano (sí, en Mendoza hay Tocai) para su vino de corte Bianchi Chablis. Su enólogo, Rodrigo Valdés, se anima a la exploración. Para él la desventaja de los varietales italianos es que el productor los cultiva por intuición/recomendación de que va a funcionar y que el día de mañana puede llegar a ponerse de moda. Tenemos muchas firmas o profesionales buscando cosas nuevas, pero para dar en la tecla con alguno de estos varietales es necesario un trabajo minucioso de microvinificaciones y años de pruebas. Quizá la ventaja es que se gana en experiencia y se buscan nichos de mercados inexplorados para ofrecer la novedad. Hablando del Nebbiolo – cepaje del norte italiano con el se elaboran los vinos más prestigiosos de Italia como el Barolo y el Barbaresc – enfatizó. es interesante como varietal de guarda para un consumidor que busca un vino complejo con una diversidad de aromas enorme y de una excelente evolución en botella. La desventaja es su difícil manejo en el viñedo dado por su amplio período vegetativo. Para vinos de postre: De apellido francés, Santiago Giraud Billoud aprendió de su padre el arte de elaborar el Marsala, un vino con una importante cantidad de azúcar y una graduación alcohólica alta: de 17 a 19. El Marsala es dulce, cuyo caldo base necesita de variedades de origen italiano como la Nero d´Avola. La firma Cantina Mirta Bertolino de Cruz de Piedra, Maipú, elabora no sólo el Marsala sino también otros licorosos de uvas italianas. Para hacer el Marsala se utilizan variedades como Ugni blanc, Bonarda y malvasías (uvas originarias de Canarias). Con ellas se da lugar a un mosto sulfitado que se cocina hasta lograr un arrope muy particular, explica Giraud Billoud. En mi caso busco varios cortes para el vino base que logra luego el Marsala – que necesita alcohol, arrope, macerado, barrica – utilizo siete variedades para hacer el corte, y seis para el mosto sulfitado que luego se cocina en paila de cobre. Este vino se vende en mercados externos como licoroso ya que el Marsala es una denominación de origen. Giraud Billoud responde a la pregunta de si hay algo superior en los marsalas argentinos señalando que la ventajas de los vinos argentinos está en sus aromas, y en lo particular, es la aplicación del método artesanal. En Italia por los volúmenes que manejan, los han ido suplantando por métodos industriales, sacrificando calidad. La firma, que también produce Oporto a gran escala para repostería, elabora unos 80.000 litros de Marsala al año. En el Valle Central obtienen premios La variedad Ancellotta comenzó a hacerse conocida el año pasado cuando la firma Jesús Carlos Fantelli e Hijos obtuvo un Gran Oro con un Ancellotta Malbec en la Vinandino 2007. La uva Ancellotta, dicen desde la bodega de Santa Rosa, tiene una muy buena respuesta vegetativa, y un intenso color, madurez tanina y alcohólica, que la hacen interesante para la región. Es una variedad que se adapta muy bien a nuestro tipo de suelo y clima donde llega a muy buena maduración, tanto azucarina como polifenólica y con una acidez muy interesante, especificó el enólogo de la bodega Hugo Zamora. Su intenso color y robustez en boca, nos permite crear vinos más longevos y de muy buena guarda que se complementan perfectamente con otros varietales comoMalbec, Syrah, Bonarda. En cuanto a los mercados Fantelli aclara que algunos consumidores de vinos, sobre todo en el Reino Unido y el Este de Europa, están ávidos por conocer vinos del nuevo mundo y variedades no tan tradicionales. Estos vinos se exportan en torno a los U$S 3/ U$S 6 FOB. La bodega también elabora vinos con uvas Sangiovese y Tocai Friulano que han tenido una relativa buena respuesta en los mercados externos. En general ambas variedades se arraigan bien al suelo local. En el Este, el Sangiovese presenta poco color para lo que la demanda el mercado. También una cierta falta de acidez, por tanto necesitan mejorarse en laboratorio, señalaron desde la bodega. El Tocai Friulano, en cambio, logra en la zona mejor madurez y menos problemas sanitarios, además de una buena definición varietal. Desde la patria del Amarone Omero Gobbo es responsable de Vignetti – La Arboleda, la firma que la conocida firma italiana Masi tiene en Tupungato. Masi vende más de 50 millones de euros, en 80 diferentes países del mundo. El 90% del volumen de venta es al exterior. Masi quiso hacer una inversión en un país extranjero, pero tiene su propia filosofía que es desarrollar en el mundo el concepto de la región del Venetto, muy abocada al vino, en particular la zona de Valpollicella que es la patria del Amarone. Argentina fue el mejor lugar en cuanto a valores de la tierra y cultura del vino. En Mendoza el vino no es lo mismo que para los australianos o sudafricanos, que lo conciben como una bebida, aquí hay cultura del vino, porque se elabora vino hace más de dos siglos, argumentó Gobbo. Tras realizar una investigación sobre los varietales del Venetto, para ver cómo se desarrollaban en este lugar, concluyeron que la Corvina Veronese era la más exitosa. Se dio muy bien la corvina, que es un varietal muy elegante, de sabores siempre amables, no tiene mucho color. Tiene intensidad frutal y un carácter fuerte. Con este varietal hemos desarrollado Passo Doble, un corte entre Malbec y Corvina Veronese. Se le llama así porque en la vinificación se hace un proceso típico de la zona que se llama Ripasso: una doble fermentación del vino agregándole una pequeña cantidad de uva que se ha puesto a secar, aunque sólo un poco.
A la Corvina se le quita sólo el 25% de su humedad. Luego pasa a la molienda, en Tupungato esto sucede sólo en 20 días. Nosotros ponemos en la etiqueta que naturaleza argentina y estilo Venetto, enfatizó el italiano. El otro vino que elabora esta firma es el Corvec, unión entre Corvina Veronese y Malbec. Un vino de 14,5 grados de alcohol pero con más contenido de Corvina Veronese que de Malbec y por lo tanto más uva seca. Es un bivarietal con un valor superior al Amarone. El aroma es de cereza muy madura, que armoniza muy bien con la exhuberancia y tonicidad que tiene el Malbec, detalló Gobbo. Con la fineza del Pinot Gris y el Torrontés la firma elabora Passo Blanco. La unión da lugar a una explosión de perfumes muy intensos y particulares. Fuente: Diario Los Andes