La historia de las motos de agua remonta al año 1973, Clayton Jacobsen II, inventó el primer vehículo de agua y con motor. En el año 1976, la empresa kawasaki comenzó la producción en masa de este modelo al que denominó JS400-A, que incluía motor de 400 cc de dos tiempos. En el año 1976 amplió la oferta con un modelo de 650 cc, denominado X-2. Hasta ese entonces eran motos con capacidad para una persona de pie. Sin embargo en el año 1980 se fabricaron las primeras motos de agua para dos personas sentadas, lo que permitía más comodidad, seguridad y estabilidad, además de ser más fáciles de conducir. A estás se las denominó sit-down. Desde principios de los 90, se ha mejorado en tecnología, precio y desarrollo, llegando a ser la embarcación más vendida del mundo. Ya en 1994 kawasaki estrenó la 750 XI R, un modelo de línea preparado para competición. Hoy no sólo esta empresa ofrece motos de agua, sino otras como Yamaha, Bombardier y Polaris se han unido convirtiéndolo en un deporte a nivel mundial.
De acuerdo a la capacidad podemos encontrar motos monoplaza, el famoso Jet Ski o bi-plazas, tri-plazas e incluso cuadriplaza. Si bien el nombre Jet Ski fue la marca de la primer moto de agua inventada por la empresa Kawasaki, él término se ha convertido en un nombre común usado para cualquier tipo de moto acuática stand-up.
Por lo tanto podemos diferenciar una moto de agua de un Jet Ski, en que la primera es más ancha y más larga lo que significa que es más estable. Tiene una potencia de turbina menor, se conduce sentado lo que facilita el dominio de la moto y pueden ir hasta cuatro personas.
Por su parte la característica principal de un Jet Ski es que el piloto, es monoplaza, navega de pie y no puede permanecer encima si la moto está parada. La potencia relativa de turbina es mucho mayor que la de la moto de agua. El dominio es más difícil, ya que hay que lograr el equilibrio a la vez que acelerar. Normalmente, se aprende de rodillas hasta dominar el jet ski.
Podemos encontrar motos acuáticas en varios lugares, por ejemplo playas, ríos, parques acuáticos, océanos, lagunas. Si bien el oleaje les da una mejor experiencia, los lagos, ríos y lagunas son también una buena experiencia tanto para recreación como para competición.
Si bien la provincia de Mendoza se caracteriza por sus zonas desérticas, el paisaje y la naturaleza ha sido muy bondadoso por la gran presencia de diques, embalses y ríos que permiten el desarrollo de actividades deportivas en el agua. Las montañas y los valles que rodean a sus espejos de agua, hacen de Mendoza un lugar inmejorable para los amantes de los deportes acuáticos.