Decanter ha elegido a Nicolás Catena como «Hombre del Año 2009». La prestigiosa publicación le acredita el cambio de dirección de la industria vitivinícola de Argentina y por esa razón es que ha sido elegido. En la edición de Abril de la revista Decanter hablará con el hacedor detrás de los vinos de la Bodega Catena Zapata. Allí contará su historia y cómo en 1990 fue considerado «un loco» por plantar viñedos en el Valle de Uco a 1440 metros sobre el nivel del mar. Desde allí, según describe la revista, Nicolás Catena se ha convertido en uno de los líderes en la experimentación con clones y microclimas. «Él ha sido fundamental en el cambio de escena del vino argentino, empujándolo hacia la alta calidad y el marketing inteligente», dijo a Decanter, el barón Eric de Rothschild. En tanto, en la nota el periodista Anthony Rose señala que «mientras Nicolás Catena era estudiante de Economía y Matemáticas en el Universidad de Columbia en Nueva York, estuvo expuesto a los grandes vinos como Chateaux Latour, Lafite y Margaux gracias al cónsul argentino esa ciudad que lo invitaba periódicamente a almorzar. Él pasó entre sus veinte y treinta años moviéndose entre lo académico y el negocio vitivinícola de la familia». «Nicolás Catena no sólo ha demostrado un gran entusiasmo por la vida y el amor de vino, sino también una gran sabiduría», dijo a la revista el famoso director de cine Francis Ford Coppola.
La confianza y el espíritu empresarial de Catena nacieron de su familia de inmigrantes y estuvo liderada por su abuelo Nicola, quien emigró de Italia y se estableció en Mendoza a fines del Siglo 19. «En aquel entonces, no había prácticamente ningún conocimiento o la comprensión de la viticultura. Pero mi abuelo escogió al Malbec, porque incluso en ese momento la consideró la mejor y más confiable de las variedades». Una visita a Robert Mondavi en la década de 1980 y la presentación de Jacques Lurton (a quien le envió de regalo de bodas 1000 libras de carne argentina) finalmente lo convenció de que su fortuna – así como la de Argentina – radicaba en la plantación de viñedos en terrenos muchos más altos y fríos. «En la Argentina, la composición física de los suelos no es pertinente porque la humedad se controla a través de la irrigación», dice Catena. «Los factores relevantes del terroir que afectan al aroma y sabor son la temperatura, que depende de la latitud, y la intensidad y luz solar, que dependen de la altura».