Castillos de Pincheira se ubica en los faldeos orientales, de la cordillera principal o del límite, en el departamento de Malargüe, a 28 kilómetros de la ciudad cabecera del departamento, comprende un total de 650 hectáreas.
Enmarcados en un ambiente de clima seco, la formación rocosa denominada “Castillos” está compuesta por un conjunto sedimentario-volcánico, en las vertientes del Cerro Algodón, de 2163 metros, sobre la margen derecha o sur del río Malargüe.
Los objetivos de creación lo constituyen por un lado su importancia paisajística, y por el otro la conservación de la cuenca media del río Malargüe que provee de agua potable a la ciudad homónima.
Paisaje y Geología
Está compuesta por un conjunto sedimentario volcánico. Su origen se debe a erupciones explosivas de volcanes vecinos, posiblemente a fines de la Era Terciaria. Hoy su clara estratificación y la acción desgastante y modeladora del agua y el viento, han generado un lugar de gran atractivo turístico por su belleza paisajista. Estos agentes actúan sobre rocas sedimentarias, especialmente areniscas. Al pie de esta formación, se observa una gran variedad de conos de derrubio, producto del descenso del material.
Este monumento natural se encuentra inserto en un clima árido, con escasas precipitaciones que se producen en forma de aguaceros en verano. Un elemento climático característico es el Viento Zonda. El agua y el viento le confieren extrañas formas, asemejando un gran castillo con sus torres. Su altura aproximada es de 60 metros, La zona se caracteriza por la presencia de bardas, formaciones rocosas de escasa altura, cortadas a pique.
En esta zona se encuentran evidencias arqueológicas. Las formaciones naturales de difícil acceso eran utilizadas por los Pehuenches, que las acondicionaban con fines defensivos.
Aspectos biológicos
Biogeográficamente la reserva se encuentra en el Bioma de Patagonia. La vegetación es rala y se compone de arbustos como molles y chirriaderas y pastos xerófilos como tupe y coirones. A la vera del río se destacan vegas o mallines, cuya provisión permanente de agua en el suelo promueven una increíble riqueza y diversidad vegetal.
Antiguamente habitaban en la zona guanacos y choiques. Por causas de la presión humana desaparecieron de allí.
Con su reciente creación, se espera la recolonización natural por estas especies. Además se encuentran vizcachas serranas, pumas, zorros colorados y hacia las zonas más elevadas, cóndores y águilas moras. El río es habitado por bagres autóctonos. En la cuenca se destaca el otuno o bagre aterciopelado, reconocido como especie amenazada de extinción a nivel mundial. El pato del torrente, también señalado como vulnerable de extinción, es abundante, lo que indica un excelente estado del ambiente por la calidad de las aguas y el cuidado actual de la fauna.