Está a 8 Km de la Ciudad de Mendoza y se accede por el circuito Papagayos. Esta reserva nos permite hacer un viaje al pasado de la tierra a través de distintos afloramientos rocosos que nos muestran la historia geológica de los últimos 200 millones de años. Su rica biodiversidad se debe a que contiene especies de flora y fauna de un ambiente de transición (ecotono) representativa del piedemonte. La flora y fauna actual del ecosistema pedemontano son sumamente diversas. La explicación radica en que esta región es un ecotono, es decir, el límite entre dos ecosistemas o regiones biogeográficas, una típica de la llanura y la otra propia de la montaña. Durante el trayecto se aprecian especies típicas de la llanura se encuentran algarrobos, chañares, breas, y animales como el zorro gris chico, el ñandú, la martineta, y dentro de las especies propias de la montaña encontramos muchas cactáceas, los yales, piquito de oro, zorro colorado, al suri cordillerano, el cóndor, el águila mora. Tanto el ñandú como el suri cordilleranos actualmente han desaparecido de la reserva que es visitada anualmente por 11000 personas que hacen trekking y ciclismo. Muy fácil, 2 horas entre ascenso y descenso.