El segundo día de travesía comienza un ascenso a la Cuesta de Bonilla, a 3000 msnm, para luego llegar al Cerro de los Siete Colores, que muestra tonos rojizos y ocres. Si se continúa, se llega a la Villa de Uspallata, que posee un camping donde se puede acampar. Cerca de allí están los restos de la antigua Mina de Paramillos, nombre que posee la ruta que empalma allí con la 13.
La mina es un lugar con mucha historia, y en el techo hay ruinas de un viejo cementerio indígena, que tiene la tumba simbólica del Gaucho Cubillos. Otro atractivo interesante lo constituyen los árboles petrificados de Paramillos, también cerca de Villa Uspallata, que se pueden visitar desviándose un poco del camino.
El tercer día se emprende el camino hasta el Cerro Tunduqueral, que posee antiguos petroglifos muy interesantes. La travesía continúa hasta el hotel abandonado de Villavicencio, y en ese punto se abandonan las rutas desconocidas para pasar a un ambiente más turístico y regulado. La llegada a Villavicencio constituye el final del recorrido. En ese punto, calculado para el cuarto día se emprende el retorno. En ese último día de trayecto se vuelve a través de la Ruta provincial 7, para terminar en el Parque Gral. San Martín, ya en la Ciudad de Mendoza.
Este recorrido es conocido por pocas personas, pero guarda un interés histórico, cultural y paisajístico particular. En el trayecto se pueden apreciar tanto la flora y la fauna del lugar, además de efectuar un recorrido tranquilo que es testigo de todas las áreas desconocidas de Mendoza que guardan historias interesantes para conocer.
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