Desde hace más de 11 años, un grupo de amigos que comparten la filosofía del amor universal y la guía de maestros y escuelas de vida orientales, llevan a la práctica el altruismo, el servicio y la entrega preparando los cimientos de una comunidad espiritual y ecológica en San Alberto, Uspallata, a los pies de la Cordillera de los Andes. Este 21 de diciembre, y gracias al trabajo personal y el aporte voluntario de amigos, familiares y conocidos, quedó inaugurado en ese hermoso paraje de la cordillera lasherina el templo Madre Divina, una ofrenda que simboliza nuestro agradecimiento a la vida, pletórica de desafíos para nuestro crecimiento, según ellos mismos definen. Compramos la tierra y construimos el hogar, la casa terminada es el símbolo de los brazos abiertos siempre dispuestos a abrazar. Las obras se hicieron sin ningún aporte privado o estatal, en lo que constituye un espacio de retiro, conexión universal y contemplación, que va más allá de credo o religión. Justamente ha sido concebido para que todos puedan visitarlo y disfrutar de la energía del lugar. Todos los que se acerquen podrán tomarse un tiempo de meditación en su interior. El templo situado en San Alberto, km. 14,4000, está dedicado a la Madre Divina, a la forma femenina de Dios, una imagen que representa todas las imágenes y una obra que representa todas las obras. Cada aporte altruista a esta obra se transformará en una piedra de los Andes con el nombre y apellido de la persona que donó. Con todas las piedras se realizará, al terminar la construcción del templo, una obra de arte espiritual y originaria, repleta de agradecimiento y amor basada en las Pirámides Mayas como símbolo de los pueblos originarios que siguen presentes en nuestro mundo.