Todos estos meses hemos descripto parte de la flora y fauna de nuestro Potrerillos. Pero a diario vemos espacies vegetales y animales que no son autóctonas sino que fueron introducidas y se reprodujeron con tanta facilidad que ya son parte del ambiente. Se conocen como exóticas. La rosa mosqueta que abunda en calles y arroyos, y que ya está subiendo hacia los cerros colonizando sus quebradas, es una especie vegetal que a principios del siglo XX no se conocía en el país. Los primeros inmigrantes europeos trajeron en aquel entonces las plantas como parte de su cultura gastronómica. Sus frutos fueron de gran gusto para las aves frutívoras que comenzaron a distribuir sus semillas hasta que la planta prácticamente colonizó los suelos de buena parte del país incluyendo nuestros ambientes precordilleranos. Vino para quedarse para siempre. Es bien sabido que con su fruto se elabora un dulce exquisito y también en este momento productos cosméticos y shampoo. Exactamente la misma historia se repite para otra especie pero en este caso animal: la trucha. La diferencia es que su expansión no fue natural sino que fue el hombre el encargado de fomentar su reproducción en cautiverio y siembra en ríos y arroyos. La consecuencia fue que compitió y desplazó a numerosas especies de peces autóctonos que prácticamente se extinguieron en los dientes de este voraz predador carnívoro. A nivel de los forestales el 99% de las especies que vemos son exóticas para Potrerillos, los álamos, sauces, liquidámbar, abedules, etc. no son autóctonos. Sólo existe una especie vegetal forestal propia que conocemos como chacay, y lo encontramos a lo largo de los arroyos. Se diferencia del resto de los árboles en que tiene sus hojas muy chicas. A pesar de no ser autóctonas estas especies ya forman parte de nuestra cultura y como tales las disfrutamos. Entonces los invito a una buena trucha al plato y de postre una torta con dulce de mosqueta. Buen provecho! Textos: Guardaparques Andy Elías