Comprende las provincias de Salta, Catamarca, La Rioja y Tucumán. Los oasis del noroeste se ubican entre los 22º y 29º lat. Sur. El torrontés es la variedad predominante de esta zona. Comprende las siguientes subregiones:
VALLES CALCHAQUÍES
La región vitivinícola de los Valles Calchaquíes se emplaza en una geografía enmarcada por los vientos y el sol. Ubicada al Sudoeste de la provincia de Salta, la atraviesa la mítica ruta nacional 40 (de casi 5.000 Km total), uniendo los pueblos de Payogasta, al norte, y Tolombón, al sur.
Dentro de la amplia biodiversidad geográfica que ofrece Salta, la región vitivinícola de los Valles Calchaquíes está rodeada de cordones montañosos de inusual belleza y colores, brisas de montañas, cielos límpidos e históricos poblados.
Fue en el siglo XVIII que los Jesuitas plantaron las primeras vides y desde entonces los valles vienen acumulando viñedos y bodegas. Su notable crecimiento es consecuencia de la altísima calidad de sus vinos, contando actualmente con más de 3.200 hectáreas, entre los departamentos de cafayate, San Carlos, Angastaco, Molinos y Cachi.
Las bondades del Valle radican en su ubicación que permite desarrollar una vitivinicultura continental alejada de grandes masas de agua y a una altura sobre el nivel del mar que modera la temperatura. Los Valles Calchaquíes tienen los viñedos de mayor altura, que van desde los 1.750 m.s.n.m. en Cafayate hasta los 2.700 y 3.015 m.s.n.m. en Molinos y Payogasta.
El clima es árido, seco y templado, con una gran amplitud térmica que pueden llegar a los 20ºC (68º F) entre el día y la noche, favoreciendo la maduración y concentración de aromas. El período medio libre de heladas es de 230 días y las precipitaciones medias inferior a 200 mm. Anuales. Más de 300 días de sol por año hacen posible una mejor capacidad de fotosíntesis que mejora la productividad. Por su parte los vientos aseguran la sanidad de los viñedos, existiendo menos probabilidad de enfermedades por la baja humedad del ambiente.
Sus suelos son franco-arenosos de buen contenido de Potasio proveniente de la roca madre y escaso contenido de Fósforo y Nitrógeno, con muy buena permeabilidad que evita la acumulación de agua.
El agua se la capta principalmente de los ríos Calchaquíes y Santa María, proveniente del deshielo de la Precordillera ó mediante perforaciones.
En los Valles se pueden encontrar los más gruesos y añosos troncos arbóreos de vid de Sudamérica y en Cachi ó Payogasta jóvenes viñedos.
Se cultivan diversas variedades, destacándose el Cabernet sauvignon y el Malbec, aunque la más emblemática es el Torrontés, cepaje blanco distintivo de los vinos argentinos, siendo este el único país productor. El origen de está variedad es incierto y discutido, posiblemente se trate de la mutación de alguna cepa cruzada accidentalmente con vides silvestres. Su implantación en el Valle Calchaquí, donde adquiere su mejor expresión. El perfume del Torrontés tiene reminiscencias florales y vegetales.
Los tintos por su parte, son de gran estructura, alto contenido de antocianos (color intenso), taninos amables en el paladar, estructura polifenólica (taninos) y con buen potencial de guarda.
El Malbec es la cepa más extendida y característica de la vitivinicultura argentina. La mayoría de los expertos internacionales coinciden en definir al malbec argentino como el mejor del mundo. En el Valle Calchaquí logra descriptores destacados debido a la altitud de las vides, pudiendo describir estos vinos como redondos, aromáticos y de intenso color.
CHILECITO- NONOGASTA
Chilecito, Anguinan, Famatina y Nonogasta son las zonas que concentran la producción vitivinícola de la provincia de La Rioja.
Las áreas de cultivo se encuentran flanqueadas por dos cadenas de sierras, las de Famatina en la estribación occidental y las de Velazco en la oriental.
Las uvas de esta región producen vinos con altos niveles de azúcares y pobreza de acidez. Conforman así un catálogo de variedades sumamente aromáticas, entre las que se destacan la Torrontés Sanjuanina, la Moscatel de Alejandría y la Torrontés Riojana, siendo ésta última la variedad más adaptada a los factores agro-ecológicos predominantes.
La historia de sus cultivos principales se remonta a la llegada de los conquistadores, prosperando en dos microclimas aptos para cada uno de ellos: el Olivo en Arauco y La vid en el Valle de Antinaco – Los Colorados, donde está inserto Chilecito.
En el año 2006 contaba con 3 bodegas abiertas al turismo que fueron visitadas por 8.920 turistas