La Caverna de Las Brujas se encuentra localizada en el departamento de Malargüe. El área comprende aproximadamente 450 hectáreas y fue declarada reserva en 1990. La entrada de la cueva está localizada a una altitud de 1800 metros sobre el nivel del mar.
Caverna de las Brujas, es un particular ambiente subterráneo, donde una vez más la diversidad del planeta supera nuestra capacidad de asombro. Antiguas rocas de origen marino albergan una enorme cavidad, tapizada con extrañas formas minerales: estalactitas, estalagmitas, columnas, coladas, se encuentran conformando un extraño escenario. Más de 3000 metros de galerías se han desarrollado a través de niveles de rocas calcáreas (calizas) del período Jurásico. Suelen encontrarse sectores o niveles con abundantes ammonites, moluscos que dominaron los ambientes marinos durante el Jurásico y Cretácico.
La Caverna constituye una de las principales ofertas turísticas del sur mendocino y recibe anualmente a más de 10000 visitantes.
Presenta hermosas decoraciones con diferentes elementos, denominados espeleotemas.
Los espeleotemas principales son:
“estalactitas”: elementos en forma de agujas que cuelgan de los techos de las cavidades.
“estalagmitas”: similares a las estalactitas , pero se forman en los pisos.
“columnas”: unión de estalactitas y estalagmitas.
“velos”: formaciones semejantes a cortinados.
Las paredes están tapizadas de depósitos de flujo, blancos, amarillos y pardos. En las partes más profundas pueden ser observados elementos de yeso. Las formas más comunes son gruesas costras que cubren el suelo, las paredes y hasta en algunos casos obstruyen algunos pasajes de la caverna.
La formación de la Caverna ha sido explicada como producto de la circulación de corrientes de aguas subterráneas. Durante el levantamiento de la cordillera durante el período Terciario, toda la región se vio modificada, quedando la roca caliza en posición casi vertical y sumamente fisurada. A finales del último período glacial, se habría producido una gran infiltración de agua favorecida por la alta cantidad de nieve y hielo existente (mucho mayor que la que precipita actualmente), favoreciendo la ampliación de los pasadizos y la formación de los espeleotemas.
Los estudios arqueológicos realizados hasta el momento, indicarían que la caverna habría sido utilizada por los aborígenes, para diferentes rituales o refugio temporario. Los secretos de la flora y fauna de la caverna permanecen en el misterio hasta tanto se efectúen relevamientos por científicos de las ciencias naturales y espeleólogos.
Se sabe que existen murciélagos, arañas, colémbolos (pequeños insectos primitivos que viven en la materia orgánica del suelo) y ratones de campo que utilizan sus galerías como refugio.
Leyendas sobre la Caverna
Hay algunas leyendas sobre la Caverna, las cuales han sido aportadas por guías de turismo y que ellos utilizan en sus relatos y explicaciones a los visitantes a la Caverna:
“Cuenta una leyenda que los aborígenes solían usar la primera sala (Sala de La Virgen). Allí los Machis, (médicos brujos) de cada tribu, realizaban sus ceremonias rituales, encendían grandes fuegos y se sentaban a su alrededor y cuando bailaban haciendo grandes círculos en el fuego, sus sombras en las paredes se veían fantasmagóricas. Cuentan también que ingresaban mujeres con niños en brazos, y luego se escuchaban lamentos, llantos, extraños ruidos y se veían luces destellantes, “luz mala”, sin poder identificar su causa y origen. Todo este misterio hizo que los antiguos pobladores la denominaran “Caverna de las Brujas”.
Cuentan los pobladores de la zona de Bardas Blancas que una de las tribus que dominaban la región tenían cautivas a dos mujeres blancas, a las cuales para que no huyeran de las tolderías les habían lastimado las plantas de los pies. En cierta oportunidad las mujeres escaparon de su prisión y se refugiaron en la caverna, en la Sala de la Virgen.
A partir de esos días los habitantes del lugar comenzaron a ver dos mujeres de aspecto andrajoso, pelos largos y muy sucias, salir de la boca de la caverna en altas horas de la tarde y posteriormente ingresar nuevamente. Se escuchaban fuertes quejas y gritos de dolor que acompañados de luces y sombras de aspectos fantasmagóricos sembraban terror en los lugareños, los cuales comenzaron a llamarle el lugar, De las Brujas.
Cuando sanan sus heridas las dos cautivas buscan refugio en algún lugar más seguro por lo cual desaparecen de la primera sala de la caverna. Según don Ignacio Sagal, en ese lugar se refugiaban grandes lechuzos que al salir volando por la puerta de ingresos hacían suponer que las mujeres brujas definitivamente se habían transformado en aves.