En Mendoza, los festejos vendimiales son un fenómeno folclórico. Se remontan al siglo XVII, teniendo en cuenta que la industria del vino tiene antecedentes en esa provincia cuyana desde 1632, siendo corregidor en ese entonces don Juan de Adaro y Arracola y que posteriormente en 1800 oficialmente se había instituido un festejo anual denominada Fiesta de las Chinas. Esta expresión popular se realizaba en amplios galpones coloniales iluminados con candiles de grasa donde inmigrantes y nativos, bajo el rasguido de guitarras, se disputaban las bellezas de las chinas.
Por eso Vendimia en Mendoza es sinónimo de folclore, un conjunto de tradiciones, creencias y costumbres, que incluye su música, poesía, comidas, supersticiones y fiestas. Es la historia no escrita del pueblo, pero que se trasmite por tradición. Constituyendo el cultivo de la vid y la industrialización de sus frutos, una expresión popular del sentimiento de amor y adhesión hacia una actividad que deriva del trabajo y la riqueza colectiva.
Ya en el siglo XX, la festividad convertida en un acto oficial y de gran magnitud, tuvo sus primeros intentos en 1913, cuando Mendoza fue elegida sede del II Congreso Nacional de la Industria y el Comercio. Un tren especial orlado de vides, fue el portador de 800 invitados que recorrieron las zonas de viñedos y bodegas.
Así, merced a la iniciativa de un precursor de origen español, don José Trianez Díaz, se realiza en 1936 por primera vez una Fiesta de la Vendimia, fuera del ámbito íntimo de las hileras ya que desde el siglo pasado los trabajadores celebraban el final de la cosecha tocando la guitarra, cantando y bailando cuecas y gatos cuyanos, para posteriormente elegir una niña entre todas las cosechadoras, que coronaban con racimos de uva.
Bendición de los Frutos
Los orígenes de la Bendición de los frutos se remontan a la tradición bíblica, cuando Moisés ofreció los frutos a Dios. Luego esta ceremonia se llevaba a cabo en oportunidad de las fiestas de Pentecostés o en las ofrendas hechas en el templo de Jerusalén.
En Mendoza se tiene antecedentes de la primera bendición de los frutos en 1938, que se llamó Bendición de la cosecha. En esa oportunidad, el ilustre poeta mendocino Alfredo Bufano, leyó su poema Al pionero del trabajo. La Bendición de los Frutos implica la acción de gracias al Creador por la tierra y sus frutos.
Carrusel
El carrusel es un espectáculo pleno de colorido, evocaciones y lenguaje de los tiempos, la historia y las costumbres. A los carros de las reinas se agregan simbolismos de nuestro pasado vendimial, tales como el trapiche, el carro de cosecha, las viejas prensas, cubas y toneles.
El 16 de abril de 1936 se reunieron más de 10.000 personas en la rotonda del Parque Gral. San Martín, escenario de la exaltación de la uva, el vino y la belleza.
El Carrusel de la Vendimia de 1936 fue una recapitulación del pasado mendocino. Asombró por lo novedoso y original. Abrían el cotejo varias llamas cargadas con recipientes de cuero, que simbolizaban el primer elemento de transporte de un pueblo industrioso. Le seguían los caballos, animal introducido por los conquistadores para la acción de guerra y que se convirtió más tarde en el medio de transporte de ese pueblo trabajador. A continuación desfilaban los burros, auxiliar económico del poblador mendocino, cargados de serones (receptáculos con asas realizado en tejido con la planta de esparto o palma, que servía para cargar arena, tierra y escombros) y recipientes de cuero.
Además desfilaron unos arrieros y las mulas serranas que se adaptaron perfectamente a las condiciones del tráfico regional, eran insustituibles en el transporte cordillerano. Hasta un auténtico indio desfiló montado a caballo en pelo. Luego la carreta, cantada por los poetas locales, como un símbolo del trabajo rural. El carro, arrastrado por numerosa tropilla inauguró las exportaciones de Mendoza hacia el litoral. Después irrumpía el siglo XX con una tropa de carros con capataz aperado al estilo de la época. Detrás venía un pequeño camión exponente del progreso de la vida industrial y que acreditó el espíritu de los trabajadores para acomodarse a las conquistas mecánicas del siglo. Del tiempo, del motor y el neumático, se ha pasado por un impulso de perfeccionamiento, a la implementación del camión – tanque. Al final del carrusel de 1936 efectuaron un vuelo tres aviones de la fuerza aérea, representando el porvenir cercano, de tiempos vertiginosos, medio de transporte de la riqueza rural, ya incorporada a la civilización.
Vía Blanca
La Vía Blanca, nació con el nombre de corso de los carros alegóricos, en 1939. Tanto en el Carrusel como en la Vía Blanca de las reinas, las representantes de los distintos departamentos y sus cortes, candidatas al cetro nacional, desfilan por las calles céntricas de la ciudad en sus respectivos carros alegóricos.
Cada departamento mendocino construye su carro conforme a un diseño referido a su principal riqueza agraria, minera e industrial.
Fuente: Diario Los Andes