Las distintas comunidades de pueblos originarios de Mendoza celebraron por primera vez en forma conjunta en Las Heras la llegada del año nuevo del hemisferio Sur. Los Pueblos Originarios de Mendoza eligieron el pasado 19 y 20 de junio la villa lasherina de Uspallata para recibir el solsticio de invierno, en lo que constituye para el hemisferio Sur el verdadero inicio de un nuevo año basados en el calendario del cultivo de la tierra en este sector del planeta. Desde la tarde del 19 fueron arribando al camping municipal los diferentes contingentes de las comunidades Quechua de Las Heras, Coya de Junín, Pehuenches y Ranqueles de Las Heras y Mendoza, que se unieron a los locales Huarpes Andinos LlhuenXumec y Guaitamary. El transporte corrió por cuenta de la Municipalidad de Las Heras, comprometida con los pueblos originarios del departamento y de toda la provincia. El colorido festejo se llevó a cabo por primera vez en forma conjunta en Uspallata, y fue compartido respetuosamente por visitantes, municipales y turistas. Un impresionante fogón que duró lo que duró el festejo ayudó a combatir el frío que por momentos se hizo importante. Un exquisito locro criollo dio pie a la confraternidad y camaradería entre los presentes. Sobre la medianoche, a orillas del arroyo los pueblos originarios encendieron un fuego sagrado, que mantuvieron vivo hasta la salida del sol, momento culminante de la celebración por el año nuevo hemisférico. Los anfitriones huarpes iniciaron el evento para dar paso a los rituales de las diferentes agrupaciones. La celebración fue acompañada por la Huipala, la bandera de siete colores de América del Sur, y el Rehue, un ancestral símbolo confeccionado con jarilla. Durante la vigilia tuvieron lugar en las carpas cedidas por el Ejército distintos talleres donde se abordaron temáticas como cosmovisión, leyendas, sanación, política indígena, educación e inserción bilingüe. Los bailes típicos y la música no faltaron en ningún momento. Cerca de las 9 de la mañana despuntó el primer rayo de sol sobre el valle de Uspallata. En una íntima ronda alrededor del fuego, todos agradecieron a la Tierra por el nuevo año, y con esperanza y alegría se estrecharon en fraternales abrazos con promesas de más encuentros en próximos años. El Año Nuevo de los Pueblos Originarios estuvo enmarcado en el denominado Primer Encuentro por la Diversidad Cultural, que tuvo su continuidad en Uspallata hasta el 24 de junio con charlas en escuelas y medios de comunicación a cargo de las comunidades locales Guaytamari y LlauenXumec, conferencias y talleres, actividades artísticas y musicales con la participación de músicos mendocinos, intervenciones con pinturas murales en diversos espacios de la zona, y teatro de títeres, entre otras actividades. El que se recibió es el año 5520, correspondiente a cinco siglos de historia de los pueblos hasta la conquista española de 1492, más los 520 hasta la actualidad. VIGILIA DE ENCUENTROS El Año Nuevo de los Pueblos Originarios de Uspallata tuvo el éxito esperado en virtud del trabajo en conjunto entre los representantes de los pueblos originarios y la Municipalidad de Las Heras. El Director de Turismo del municipio, Alejandro Alí, rescató la importancia de recordar a nuestros ancestros, nuestro pasado, para quienes son descendientes y para quienes sentimos que debemos rescatar nuestra historia. Es muy interesante poder escuchar y seguir las ceremonias de las comunidades que por suerte están organizadas y cada vez están con más ganas de cuidar nuestro patrimonio. El funcionario destacó a Las Heras como el único municipio mendocino que tiene un espacio dentro del Gobierno municipal para los pueblos originarios con una representación concreta, de manera de estar cerca de ellos y acompañarlos desde la gestión municipal con actividades y participando de la vida del pueblo de Las Heras. Para Celso Boccolini, Subdirector de Turismo municipal, la importancia del encuentro para el municipio radicó en la puesta en valor del concepto cultural que nos rodea en el valle de Uspallata, por eso lo denominamos Encuentro por la diversidad cultural. Son los pueblos los que han estado junto a nosotros. Además anunció que en Uspallata vamos a tener todos los años este festejo en invierno. El desarrollo es integrar a todas las comunidades al año nuevo, incluido por supuesto el huinca, nosotros, que también estamos aprendiendo de ellos. La idea es festejarlo con las comunidades y seguir acompañándolos en todas las actividades durante el resto del año. Jorge Lauen Correa, de la comunidad ranquel Luna de Plata de Las Heras, integrante además del Área de Comunicaciones Originarias de la Dirección de Derechos Humanos de la Municipalidad, ofició de anfitrión en el encuentro: Ésta es la Fiesta del año nuevo indígena, acá comienza el año, el nuevo ciclo, y las personas empiezan una nueva etapa en su vida. Hemos logrado en Mendoza juntar a varias etnias y tratamos de realizar una integración con el hombre blanco para que no se pierdan nuestras costumbres y tradiciones y lograr un estado de conciencia con el medio ambiente y el planeta. Resaltó el apoyo del municipio de Las Heras, primer municipio que ha abierto un espacio para los pueblos originarios, primera área en la Argentina manejada por un indígena. Eso nos enorgullece mucho. Pablo Melipil, referente del pueblo pehuenche, llegó con su gente desde Malargüe para compartir la celebración: El sentido es festejar el año nuevo de los pueblos originarios de América porque es el cambio de la cosecha cuando empezamos a preparar la tierra para nuevamente sembrar, cultivar y cosechar. El sol se aleja más de la Tierra, para nosotros ahí empieza el año nuevo y no en diciembre. Nos regimos por el sistema que nos da la Madre Tierra y el sol principalmente. Cada luna para nosotros es un mes, y el año lunar nuestro tiene 13 lunas, al cumplirse empieza un nuevo año. Esto es lo que nos reúne.